En Parques y Jardines, ¡Promoción sí, pero no así!El Ayuntamiento de Madrid ha decidido gestionar nuestros Parques Históricos, Singulares, Forestales y Viveros Municipales a través de 3 macro empresas a partir del 15 de enero: • Privatizan definitivamente la conservación de la Fuente del Berro (conservada por los jardineros municipales desde 1948), y la Rosaleda de Madrid (donde se celebra el Concurso Internacional de Rosas desde 1953) • A los Jardineros Municipales del Retiro y de la Casa de Campo se les acota en zonas de trabajo al incrementarse la presencia de las empresas en esos parques gracias a los nuevos contratos. • También según lo establecido en esos contratos, los jardineros de los viveros municipales pasan a ser en la práctica meros auxiliares de la empresa a la que se le reserva la potestad de la planificación y realización de las plantaciones. Este es un eslabón más de la cadena de privatizaciones de Servicios Públicos que como en la Sanidad, la Educación, la Cultura o la Limpieza de la ciudad, y con la crisis como excusa, busca transferir recursos públicos a las empresas privadas. En este contexto el Ayuntamiento de Madrid ha creado un nuevo puesto con el Acuerdo de UGT y CSIF y la oposición de CCOO para la vigilancia y supervisión de los trabajos de las empresas concesionarias de estos contratos integrales.
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La suciedad de las calles sale barataEl Ayuntamiento pone penalizaciones mínimas a las empresas por incumplir niveles de calidad Solo 300 técnicos vigilan. Fuente: El País.com 4 octubre 2013 Mantener la calle limpia, las farolas y semáforos encendidos, las paredes sin pintadas y la basura recogida es, por ley, obligación del Ayuntamiento de Madrid, que lo que hace en realidad es pagar cantidades millonarias a empresas privadas para que lo hagan por él. Hasta ahora, tenía casi un centenar de contratos diferentes, que antes de 2015 espera haber unificado en solo seis de carácter integral, licitados por periodos de hasta 10 años y cantidades multimillonarias. Antes, vigilaba que las empresas cumplieran su cometido obligándolas a dedicar un mínimo de recursos humanos y materiales; en los nuevos contratos, en parte para compensar las sustanciales rebajas en el precio pagado, no se exigen esos mínimos (lo que, según sindicatos y oposición, ha provocado ya cientos de despidos), sino que se obliga a cumplir unos criterios de calidad: ya no importa cuántos empleados hay cortando el césped o vaciando papeleras, sino que el césped esté bien cortado y las papeleras vacías. En caso de incumplimiento, se castiga a la empresa pagándola hasta un 10% menos. |
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