Segregar por sexo no es ciencia, es prejuicio
Un estudio en 'Science' asegura que la separación de los niños y las niñas en las aulas alimenta estereotipos y afianza el sexismo. Los partidarios insisten en que el rendimiento escolar es mayor.
Los colegios segregados por sexos parecían un reducto de la educación católica más conservadora hasta hace apenas una década. Comenzaron desde entonces a extenderse en varios países en distintas modalidades: separación total o solo en algunas materias, durante toda la instrucción académica o restringida a algunos ciclos. En Estados Unidos, por ejemplo, había media docena de centros públicos que seguían ese modelo en 2003, más de 300 un lustro después y alrededor de medio millar hoy, avalados por una supuesta mejora de los resultados académicos para ambos sexos si se estudia por separado. Pero estas teorías sufrieron un buen golpe la semana pasada, con la publicación en la prestigiosa revista Science del artículo La seudociencia de la escolarización por sexos, que asegura que los datos de mejoras académicas no son sólidos, que las diferencias cerebrales entre sexos no justifican una educación dual y que lo único que consigue es aumentar el sexismo y solidificar los estereotipos.
El nuevo estudio trae rigor científico a una extensa historia de investigaciones sobre ambas teorías, a favor y en contra de la segregación, que se publican ininterrumpidamente para acreditar sus postulados. Los primeros aseguran que hay evidencias científicas de la mejora del rendimiento en colegios segregados. Los que apoyan la coeducación, afirman que esos datos que se esgrimen están viciados y los resultados, condicionados, por tratarse, por regla general, de centros de élite y no porque la diferenciación entre sexos sea beneficiosa de por sí.
Los resultados académicos, aunque puestos en entredicho por algunos estudios, son el principal argumento de los defensores de la escuela diferenciada. Pero, ¿la educación solo son resultados académicos? Tanto la investigación publicada la semana pasada en Science bajo el título La seudociencia de la escolarización por sexos como muchos estudiosos coinciden en que un entorno separado no favorece que los niños interioricen ideas de igualdad entre sexos.
Marina Subirats, socióloga y catedrática emérita de la Universidad Autónoma de Barcelona asegura que la segregación por sexos supone una visión más sexista del mundo. "Educar separadamente solo tiene sentido si se parte de la idea de que cada sexo ha de tener una distinta función social, y, por lo tanto, de que mujeres y hombres no deben gozar de las mismas posibilidades", asegura. Tampoco cree que la socialización de los niños sea la más adecuada. "Creo que, cada vez más, hombres y mujeres deben ser libres para adoptar todo tipo de papeles en la vida según sus aptitudes y gustos, y una educación separada lo que hace es fomentar los viejos estereotipos de la división sexual tradicional, que hoy no tiene sentido en nuestra sociedad. Hombres y mujeres estamos llamados a compartir la vida, y para ello es mucho mejor una educación conjunta, que permita que se conozcan desde siempre, y más ahora que en muchas familias hay un solo hijo o hija y que ni siquiera tiene la oportunidad de tratar con hermanos o hermanas de otro sexo".