CCOO ha organizado una Asamblea de delegados y delegadas,el 12 de mayo, para hablar de la seguridad y la salud de las mujeres en el ámbito laboral.

Interesante jornada que comenzó con la presentación del libro "Eva encadenada" escrito por la periodista Marta Gómez Casas que hizo un recorrido acerca de cómo las mujeres sufren violencia sexual ( según la ONU, 7 de cada 10 mujeres sufren violencia sexual a lo largo de sus vidas). Temática difícil de escribir y difícil de leer, se garantiza el descenso a los infiernos por los testimonios, las entrevistas y los documentos que recopila e insiste en que hay mucho que trabajar para que deje de existir.

A continuación, la psicóloga Susana Enciso, ofreció la visión de quien trabaja con supervivientes de la violencia de género, mujeres que tienen que abandonarlo todo y salir de casa a un centro oculto de la Comunidad. Todo un análisis del proceso que sufren las víctimas de violencia machista, del terror que sienten y de las consecuencias psicológicas que padecen estas mujeres.

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Teresa San Juan, miembro de la ejecutiva de la FSC analizó las características del trabajo de las mujeres donde quedan patentes las diferencias de género en la prevención, infravaloración, discriminación y la falta de inclusión de los riesgos específicos de género en las evaluaciones de riesgos. Para la acción sindical se debe negociar el método a utilizar en la evaluación de riesgos, que debe ser sensible al género, permitir conocer la evaluación por sexo y la inclusión de la doble presencia.

Por último, la Secretaria de Salud Laboral y de Igualdad del SAL, Paloma Onrubia disertó sobre el acoso sexual como manifestación de la violencia de género en el trabajo. El acoso, tanto sexual como laboral, se tiene que demostrar por la parte denunciante pues el empleador no realiza una política activa para evitar este problema.
Se cerró la sesión con un debate que sin ninguna duda, supuso una buena ocasión para la reflexión y el acuerdo imprescindible de que deben volver las políticas de sensibilización para ayudar a identificar esas conductas y saber actuar con anticipación al daño que en la mayoría de las ocasiones se hace irreversible y que por culpa de los recortes, han desaparecido.