La EMVS y la rehabilitación energética
El pasado 21 de noviembre de 2013, es decir, hace apenas un año, la Empresa Municipal de la Vivienda y Suelo de Madrid (EMVS) modifica sus estatutos y elimina de su objeto social la promoción y construcción de vivienda. A cambio, por decirlo de alguna manera, se desarrollan diferentes aspectos relacionados con la Rehabilitación de Viviendas y la prestación de servicios a terceros en materia de sostenibilidad y eficiencia energética.
En este nuevo marco de objetivos, se pone en marcha el programa divulgativo denominado Servicio de Ahorro Energético y Rehabilitación (SAER), que en una primera fase consiste en informar y concienciar a la ciudadanía sobre las cuestiones de ahorro y eficiencia energética de nuestras viviendas.
Es evidente que estas consideraciones son más que esenciales en nuestro país, cuya dependencia energética es más que evidente pese a ser uno de los países europeos con mayor potencial y tecnología desarrollada en energías renovables. La deficiente construcción de las viviendas en los años del desarrollismo (entre los años 60 y 70 del siglo pasado) e incluso, en los años del desarrollo inmobiliario de las dos últimas décadas, hace precisa no solo la divulgación, sino también la actuación sobre el patrimonio residencial con el fin de reducir nuestro consumo en energía.
Pero el consumo de energía está muy relacionado con el nivel de renta y obviar este hecho puede hacernos errar las soluciones. Las campañas de divulgación y concienciación son necesarias, pero aún lo son más la intervención para mejorar la habitabilidad de las viviendas, y aquí hay que tener muy en cuenta la renta de los propietarios e inquilinos de las mismas.
No es posible aspirar a reducir el consumo de energía si no hay una política de inversión pública en tecnología y en ayudas directas a la rehabilitación. Sostener los programas de rehabilitación y fomentar la misma solo es posible desde la inversión pública, y el mejor ejemplo de ello es mirar atrás y verificar lo que la EMVS lleva desarrollando desde los años 80. Rehabilitar exige el compromiso colectivo por mejorar la habitabilidad de las viviendas y los barrios de los sectores sociales con menos recursos, en una forma de redistribución de la riqueza que actualmente está en vías de desaparición.
La gestión eficiente de los recursos públicos solo puede hacerse, según la experiencia vivida, por el sector público, y la atención a los beneficios sociales de la rehabilitación solo es garantizada por el sector público, tal y como ha demostrado la EMVS desde que inició su caminar en el mundo de la rehabilitación.
Si queremos, como Ayuntamiento y ciudad, devolver a los sectores sociales más azotados por la crisis una parte de las plusvalías producidas en forma de un mínimo de habitabilidad y confort en sus viviendas, no sólo dependerá de lo que cada uno pueda ahorrar en energía en sus viviendas, sino, fundamentalmente, lo que la administración local quiera invertir en que ello sea posible. La divulgación caerá en la melancolía si no hay un programa de rehabilitación con suficientes recursos públicos para hacer posibles los compromisos de ahorro energético planteados. Y la EMVS ha redefinido su objeto social para poder desarrollar este imperioso reto que tiene nuestra sociedad, por ello solo queda decirles a los responsables municipales aquello de “hágase entonces”.