El Derecho al aborto es un derecho irrenunciable de las mujeres
El ministro Gallardón defiende la protección a un "concebido con cualquier tipo de minusvalía o malformación", mientras niega el derecho a las personas a unas condiciones mínimas de justicia social y de justicia de género: creación de empleo, protección suficiente a las embarazadas, servicios públicos suficientes y de calidad como derecho universal, sanidad, educación, incluida la de 0 a 3 años, o con medidas que favorezcan la corresponsabilidad de los hombres en la crianza de hijas e hijos, como mediante la ampliación del permiso de paternidad.
Al ministro Gallardón no le preocupan los no nacidos, ni las minusvalías, ni las malformaciones de los fetos; lo que el ministro del PP pretende con su discurso es ocultar que en España, al contrario que en el resto de Europa, la maternidad y la corresponsabilidad no son prioritarias; no lo son en la agenda del gobierno del PP y, por ello, son las mujeres más pobres, en peor situación social y laboral, las que menos hijos e hijas pueden tener. Alineado con el fundamentalismo de los grupos antiabortistas encabezados por la iglesia católica, con el Vaticano a la cabeza hablando de "la perversa ideología del género", y con los ultraconservadores antiabortistas, nos quiere llevar a un debate amoral para atacar el derecho a la igualdad de oportunidades de mujeres y hombres. No nos va a arrastrar a un discurso falaz.
Al ministro Gallardón, que lidera en España las posturas más radicales de los ultraconservadores y de la iglesia católica, le preocupan los no nacidos, haciendo responsable de su futuro a las mujeres. Pero, una vez que el nacido se convierte en persona, el ministro se convierte en el principal enemigo de sus derechos. Él y su gobierno ya han demostrado que son los más contrarios a los derechos laborales y sociales, de la infancia, de las diferentes y plurales modelos familiares, de las personas mayores, de las personas jóvenes... Gallardón y Rajoy son contrarios al derecho de las personas a la educación pública, a la enseñanza y oportunidades de niños y niñas, al fomento a la corresponsabilidad.
El gobierno del PP, y a la cabeza su ministro de Justicia, Ruiz Gallardón, están negando las condiciones y oportunidades sociales y económicas básicas e imprescindibles para que las mujeres puedan tener las hijas e hijos que deseen tener y, además, quiere culpabilizarlas a cada una de ellas de los hijos que no tienen, negándoles el derecho a abortar. La retahíla antiabortista del ministro Gallardón lo que encierra realmente es su posición ultraconservadora respecto del lugar que ocupamos las mujeres en la sociedad. Su discurso amoral lo que contiene es el objetivo patriarcal y rancio de devolver a las mujeres a la privacidad del hogar y para ello, entre otras medidas ya tomadas en la reforma laboral y en los recortes de derechos y servicios públicos de nuestro Estado de bienestar, quiere ahora prohibir el derecho de las mujeres a ser libres en su maternidad y por lo tanto en su derecho a abortar.
El ministro Gallardón no nos va a engañar. Ya sabemos que ocuparse del embrión y del no nacido le sale gratis. Ministro Gallardón, promueva usted derechos para las personas, incluidos los servicios y atención a la infancia, a las madres para retornar al empleo si lo tienen; para que puedan buscarlo si no lo han encontrado; derechos para sacar de la economía sumergida a cientos de miles de trabajadoras de este país, porque eso es de justicia, ministerio que dirige usted, a quien le debiera preocupar el fraude y la explotación a la que se ven sometidas tantas mujeres en España.