El 19 de diciembre nos reunimos con la Inspección de Trabajo para justificarle la necesidad de que requiera a la Corporación la imprescindible actualización de la Evaluación inicial de riesgos laborales de las y los agentes de movilidad en los puestos a la intemperie.

Además, para dejar constancia de nuestra petición, el pasado día 28 de diciembre, dirigimos por escrito a los responsables municipales, igual solicitud basada en razones como las siguientes:

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 Que las condiciones de trabajo del Cuerpo de Agentes de Movilidad ha cambiado desde 2010 tanto en sus equipos, como en el aumento de intensidades de los agentes físicos y químicos presentes en el ambiente de trabajo, sus concentraciones y niveles de presencia por emisiones derivadas principalmente del tráfico urbano (partículas, vapores, gases y ruido), como la organización y ordenación del trabajo.

 Que la siniestralidad en el Cuerpo de Agentes de Movilidad es elevada, 128 accidentes con baja en 2016, lo que roza el 6% del total de la plantilla municipal; el doble del que le correspondería por su volumen de personal.

 Que entre los componentes de las emisiones de los motores de explosión existen sustancias cancerígenas reconocidas por la OMS (por ejemplo el humo de los diésel, benceno, hollín…), si bien este riesgo mortal, “EXTREMADAMENTE DAÑINO” -según los propios criterios de evaluación para considerar la potencial severidad del daño-, no se encuentra relacionado ni contemplado en la evaluación, que debió determinar como “IMPORTANTE” y no como “MODERADO” “la exposición a los agentes químicos liberados por los vehículos”.

 Que la zona de trabajo de este Cuerpo uniformado, es el centro de la capital de España, un país en nivel de alerta 4 por riesgo de acciones terroristas y este riesgo como objetivos directos, tampoco está contemplado en la Evaluación inicial.

Queremos que, entre otras cuestiones, se incluya:

- La caracterización de los contaminantes y sus concentraciones (humos, ruidos, radiaciones, ozono, etc…) en los puestos de tráfico, turnos y zonas de tránsito, considerando la absorción dérmica de tóxicos químicos.

- La consideración de las tasas de respiración de los ciclistas que es superior a la de los peatones, por lo que inhalan más contaminantes.

- La valoración de la necesidad de facilitarles chalecos antibala y/o anti-punzonamiento para la realización de determinadas tareas.

- El Cambio climático como factor de riesgo, con posible incremento de repetición de episodios de temperaturas extremas, etc…

- Los riesgos psicosociales, repitiéndose mediando campaña previa de sensibilización y fomento de la participación, para incrementar el nivel de respuesta del personal de todos los centros y turnos.

En CCOO seguimos trabajando, pide información a  nuestr@s delegad@s.