CCOO pide que se excluya a la extrema derecha de la gobernabilidad europea y que se apueste por una profundización del modelo social europeo
Respecto a los resultados en España, para el sindicato es precipitado hacer grandes afirmaciones o extraer conclusiones rotundas viendo el diferencial de participación en estas elecciones respecto a las que serían previsibles en unas generales. Además de dar la enhorabuena al PP por su victoria, cabe destacar que el PSOE ha aguantado en porcentajes por encima del 30% (apenas a unos días de la aprobación de la Ley de Amnistía, que se supone un momento crítico de la legislatura), y que los bloques de oposición e investidura se mantienen en porcentajes equilibrados.
El punto débil de los resultados son los obtenidos por SUMAR, que como miembro de la coalición de gobierno deberá reflexionar para recuperar espacio social y electoral. Es mucho lo que está en juego en el medio plazo en nuestro país, y el conjunto de fuerzas políticas debe hacer una reflexión honesta sobre la mejor manera de concurrir ante la ciudadanía, teniendo en cuenta que el hecho de que la extrema derecha se mantenga con cierto vigor, hace fundamental una disputa electoral por el tercer puesto cuando las circunscripciones sean provinciales. Los intereses de la clase trabajadora se disputarán en buena medida -al menos en el terreno político- en ese terreno.
CCOO pide recuperar una agenda social vigorosa, empezando por la reducción de la jornada legal de trabajo, las políticas de acceso a la vivienda y una agenda de profundización democrática. La Ley Mordaza, la renovación del CGPJ, o la regulación de nuevas expresiones comunicativas que hoy contaminan el ecosistema mediático, deben cobrar protagonismo. El trumpismo, la injerencia en procesos electorales por poderes económicos o potencias externas en otros países del mundo, la mentira y la construcción de realidades paralelas, forman parte ya hoy de la configuración política del mundo. Subproductos como la candidatura “Se acabó la fiesta”, solo se explican desde este nuevo paradigma de intervención política desde los subsuelos sociales en torno a marcos comunicativos que hoy operan sin normas, sin transparencia alguna y sin reglas.