A raíz de la publicación de la jornada de verano para el personal del ayuntamiento de Madrid en la que viene contemplada la posibilidad de que aquellas personas con descendientes menores de 12 años disfruten, durante un mes más que el resto de la plantilla de la reducción de una hora en su jornada laboral, han aparecido, una vez más, argumentos en contra...

Por Raquel Álvarez, trabajadora de IAM

... afirmando que se trata de una supuesta discriminación. La mayoría de estos argumentos no dejan de ser reducciones igualitaristas que llevamos oyendo toda la vida: “¿por tener una pata de palo se va a llevar un dinero que yo no, por no tenerla?” fué una pregunta que oí en la primera asamblea de mi vida laboral a la que asistí (hace ya 26 años largos), entonces me escandalicé, pero eso no le pasó a la mayoría, ya que, como consecuencia de esto, se decidió que las ayudas sociales se repartirían a partes iguales entre la plantilla. Pero, entre estos escritos, apareció uno que venía a dar la razón a otro anterior, aportando algo, desde mi punto de vista, más original, es lo que me ha dado ganas de escribir esto. Afirma que la decisión de tener descendencia es individual por tanto, individualmente hay que arreglarse.

afirmando que se trata de una supuesta discriminación. La mayoría de estos argumentos no dejan de ser reducciones igualitaristas que llevamos oyendo toda la vida: “¿por tener una pata de palo se va a llevar un dinero que yo no, por no tenerla?” fué una pregunta que oí en la primera asamblea de mi vida laboral a la que asistí (hace ya 26 años largos), entonces me escandalicé, pero eso no le pasó a la mayoría, ya que, como consecuencia de esto, se decidió que las ayudas sociales se repartirían a partes iguales entre la plantilla. Pero, entre estos escritos, apareció uno que venía a dar la razón a otro anterior, aportando algo, desde mi punto de vista, más original, es lo que me ha dado ganas de escribir esto. Afirma que la decisión de tener descendencia es individual por tanto, individualmente hay que arreglarse.

El argumento reconoce implícitamente que no hay igualdad de partida, simplemente te dice “que apechugues porque tú lo has querido”. Lo que me gustaría desmontar aquí es ése “tú lo has querido”.

En el caso de un varón es fácil ver que él solo no puede tener descendencia, necesita una mujer que esté de acuerdo, vamos a obviar aquellos casos de violencia en los que un varón obliga a una mujer a quedarse embarazada y/o llevar adelante su embarazo, que son los únicos que se me ocurren de decisión individual de un varón, en este caso lo que se merece es la cárcel.

Pensemos en las mujeres. Una de las consignas más conocidas, sino la más, de todos los movimientos feministas es “nosotras parimos, nosotras decidimos”. Con este lema las mujeres denunciamos las injerencias de distintos actores sociales en estas decisiones. El caso de las diferentes Iglesias no creo que sea necesario explicarlo.

Todos los países del mundo han desarrollado y desarrollan políticas relacionadas con la natalidad, siempre es una cuestión de estado. En aquellos lugares donde hay superpoblación se dictan leyes limitando el número de descendientes, se esteriliza masivamente a mujeres, se las obliga a abortar, etc. Si, por el contrario, la población desciende se dificulta o prohibe (llegando a poner penas de cárcel) el acceso a anticonceptivos y al aborto, se magnifica el concepto de madre. En todos los casos hay políticas activas para que las mujeres decidan “libremente” si quieren ser madres o no y esto se hace porque es sabido que es necesaria una determinada población. En los países occidentales, la presión a favor de la reproducción, debido al envejecimiento de sus poblaciones, es más sutil pero no deja de existir.

Si después de todo esto, individual y libremente decidimos tener descendencia, le hacemos un bien a la sociedad en la que vivimos, ya que si eso no ocurriera desparecería, siendo una responsabilidad común el cuidado y bienestar de esas criaturas y deberíamos estar felices de que haya personas que, dadas las circunstancias, se atrevan a tomar esa decisión y facilitarles esa tarea en la medida de lo posible.