¡Qué peligro tienen!
Ayer Ana Botella dijo lo que muchos en su partido piensan y callan: que hay que prohibir las manifestaciones. Qué más querían los del pensamiento ultraconservador que poder apoyar sus pretensiones en la indignación que nos produce a los demócratas una violencia que puso en grave riesgo la vida de otros ciudadanos y empleados públicos (personal sanitario, del Cuerpo de Bomberos, de la Policía Local y Policía Nacional). Ayer Ana Botella utilizó el “río revuelto” del final del 22M para trabajar a favor de su candidatura a la Alcaldía frente a su rival del mismo partido, Cristina Cifuentes. ¿No tendrá nadie inteligente al lado para avisarla de que debería ser más sutil a la hora de defender sus intereses ideológicos y personales? ¡Lástima!