Aguirre no debe ser alcaldesa
Por:Joaquín Aparicio
Catedrático de Derecho del Trabajo de la Universidad de Castilla-La Mancha
La arrogancia es una de las señas de identidad la derecha española, de eso hay pocas dudas, pero en no pocos casos la arrogancia está proporcionalmente acompañada de la ignorancia. Tanto más ignorante cuanto más arrogante. La señora condesa consorte de Bornos, la sra. Aguirre, ha dado sobradas muestras a lo largo de su dilatada carrera política de esto último. Otra característica de la derecha española, que adorna de forma excelsa a la candidata a la alcaldía de Madrid por el PP, es no reconocer límites en la acción política, los límites solo valen para los demás, no para ellos.
La democracia implica, entre otras muchas cosas, aceptar la existencia de límites en el comportamiento de las personas en lo social, lo político y lo económico. Algunos de esos límites están fijados por la ley, pero otros, tal vez los más importantes para la vida cotidiana, derivan de la convicción de que hay que seguir una conducta respetuosa con los valores de libertad, justicia, pluralismo político y, sobre todo, igualdad, si se quiere vivir en una sociedad democrática o simplemente en una sociedad decente. Lo que puede traducirse por respeto a cada uno y al común de los ciudadanos tomados en pié de igualdad. Ciertas cosas no se deben hacer aunque la voluntad por alcanzar un objetivo sea muy fuerte. La razón, transida por el bien, debe regir la conducta.
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Actualizado (Lunes, 18 de Mayo de 2015 14:24)