!!!Ay, iluso de mi!!!
Por Fk-R
Mantenía hace unos días una conversación con un compañero, y en un momento de la misma se fijó en el polo del uniforme que llevaba puesto a la vez que dijo “joder, que mal lo tienes”, mi respuesta, con buena parte de vergüenza por la observación, no pasó de ser una excusa debido al tiempo que hacía que no me entregaban prendas de uniformidad.
El caso es que la observación me hizo reflexionar y pensar que si envolvía aquél “trapo” usado y lo canjeaba por otro quizás proyectaría una imagen que impidiese esas observaciones, además, como hacía ya más de un lustro que no se me dotaba de prendas nuevas pensé, ay, iluso de mi, que no tendría ningún problema para el canje.
Con toda mi predisposición me personé en el almacén del Cuerpo bien pertrechado de aquellas prendas que por el tiempo y uso estaban prestas para ser jubiladas, sin embargo, la cara y la pregunta del compañero del almacén cuando le mencioné mis intenciones fue todo un poema que vislumbraba un resultado distinto al esperado: “aquí si no hemos recibido escrito por tu parte informando del deterioro no cambiamos nada, tienes que informaren tu Unidad y cuando recibamos el escrito ya te llamaremos”. La respuesta fue un “zas” en toda la boca de la que sólo pude contestar, a modo repregunta irónica, ¿y de los calcetines también he de informar?, no hubo contestación más allá de un silencio cuyo mensaje me quedaba claro.
Con mi ilusión de mejorar mi imagen por los suelos decidí replegar velas y no continuar un diálogo que no iba a conducirnos a ninguna parte, pero mira por donde que llegado a la Unidad en la que presto servicio me esperaba una sorpresa, me habían asignado un “peto desudador”, asi a bote pronto pensé que alguien me estaba diciendo que mi sudor olía y necesitaba de esa prenda, menos mal que no fue asi al explicarme que aquella prenda que me entregaban y de la que debía firmar su recepción, era un chaleco sin mangas para que me lo colocase entre el chaleco antibalas y el cuerpo para disminuir la sudoración.
Después de lo sucedido en el almacén la sorpresa que me esperaba era digna de reflexión y venía a demostrar dos cosas, que no iba a mejorar mi imagen definitivamente y que se me asignaba un peto que jamás iba a utilizar por no estar en la calle desde hacía años, peto por el que la administración había gastado un dinero del contribuyente, y del que decidí investigar su importe, 28,31 euros cada pieza y se habían adquirido 6500, en total se habían gastado la nada despreciable cifra de 185.000 euros.
Al mirar la prenda y comprobar su importe no pude por menos pensar que algo olía mal… y no era mi sudoración precisamente.
Fk-R
Actualizado (Viernes, 19 de Septiembre de 2014 08:03)