En los últimos años, se ha extendido la opinión que lo privado es más rentable y eficiente que lo público.
Recientemente, el Tribunal de Cuentas nos ha demostrado justo lo contrario: en un informe sobre la prestación de servicios que hacen los ayuntamientos, llegó a la conclusión que ‘la gestión pública de servicios como basuras o limpieza cuesta menos que la privada’.
Hay políticos que se presentan a las elecciones con fama de buenos gestores y en cuanto obtienen el poder a través de las urnas dimiten de sus responsabilidades (no de sus remuneraciones) y en lugar de gestionar lo público se limitan a ceder la gestión a una empresa privada.
Hay cosas que no nos cuentan. No nos cuentan que en las cotizaciones a la seguridad social, la empresa privada debe pagar un incremento del 5,5% para las prestaciones de desempleo, coste que se ahorraría con el personal funcionario de carrera.
No nos cuentan que cuando la Administración contrata con una empresa la factura tiene un incremento del 10 o el 21% de IVA, algo innecesario con el personal municipal. Así, por ejemplo el presupuesto base de licitación de los contratos integrales era de 325.740.590,74€, cantidad que se incrementa en 60.485.186,20€ en concepto de IVA. ¿Cuántos trabajadores se podrían haber contratado con esos 60 millones de IVA?
No nos cuentan que las personas que prestan el servicio público a través de estas empresas privadas son controladas por su propia empresa y por la personal de la administración, produciéndose una duplicidad de ‘controladores’ que no sería necesaria si el servicio fuera prestado por personal municipal.
Y no nos cuentan que además de la rentabilidad económica está la rentabilidad social. El hipotético ahorro se produce a costa de los trabajadores, el ejemplo más claro lo hemos tenido con la privatización de la Lavandería Central Hospitalaria de Mejorada del Campo, en la que el personal ha tenido que sacrificar gran parte de su salario. No entendemos el interés de algunos políticos en dedicar tantos esfuerzos para la privatización de los servicios públicos, cuando los deberían dedicar a mejorar la gestión de los mismos. En cambio en ciudades como París y Berlín, entre otras, han remunicipalizado el servicio del agua, una clara apuesta por la gestión directa de los servicios públicos
Consejo de Redacción Revista Realidad