La primera reunión del Presidente del Gobierno con las organizaciones sindicales se convocó con la misma rapidez con la que se han podido comprobar los límites del diálogo que el PP y la CEOE ofrecen a la sociedad española. La situación precaria en el Parlamento, junto con los llamamientos al diálogo en esta nueva etapa, parecían dibujar otro posible resultado. Pero no fue así. La reunión acabó en fracaso. ¿Por qué?
El Presidente del Gobierno sólo accedió a intentar un hipotético acuerdo entre los sindicatos y la CEOE, sabiendo como sabemos todos que es prácticamente imposible acordar con la gran patronal la eliminación de los elementos más regresivos de la Reforma Laboral, la mejora de las pensiones, de la cobertura por desempleo, de las ayudas a la Dependencia, incluso la subida salarial propuesta por los sindicatos (1,8% al 3%). ¿Alguien piensa que es posible que la CEOE se comprometa en una nueva fiscalidad que facilite un reparto más compensado de las cargas y fortalezca los servicios del Estado del Bienestar? No, no vemos a la gran patronal comprometiéndose en la lucha contra el fraude fiscal y la economía sumergida. A la CEOE nunca le ha interesado el cambio de modelo productivo. Su apuesta ha sido siempre la devaluación salarial y la precariedad laboral.
En suma, la propuesta de Mariano Rajoy en aquella rauda reunión fue insuficiente e inverosímil. La oferta es pura apariencia. La realidad es que no se pretende otra cosa que mantener el modelo puesto en marcha en estos años, sin alternativas reales de cambio.
Ante esta situación, los sindicatos CCOO y UGT convocamos, bajo el lema “LAS PERSONAS Y SUS DERECHOS, LO PRIMERO”, manifestaciones en todas las capitales de provincia el próximo día 15, que culminarán con la de Madrid el domingo 18.
Las trabajadoras y trabajadores españoles no lo tenemos nada fácil. El Gobierno, los poderes fácticos, la patronal…, van a hacer todo lo que esté en su mano por mantener el modelo actual que nos ha conducido a una pérdida de derechos de un calado desconocido en los últimos 40 años. Su apuesta es por la precariedad salarial y laboral, por el debilitamiento de los servicios públicos… La propuesta sindical, por el contrario, propone negociar y alcanzar acuerdos por el mantenimiento del empleo y la generación de nuevos puestos de trabajo; por la revisión de las modalidades de contratación para eliminar las altas cifras de precariedad laboral; por la sostenibilidad del Sistema de Pensiones; por la mejora de las prestaciones de Dependencia; por la Salud y la Educación públicas…
El llamamiento a la movilización lo es fundamentalmente contra el papel que, en el mejor de los casos, nos pretenden asignar Patronal y Gobierno: el exclusivo de la negociación en las empresas, alejándonos de la intervención en los asuntos generales para que no podamos ejercer adecuadamente la defensa de los intereses de la mayoría social. Esta fue, en esencia, la propuesta de Rajoy en la reunión con los sindicatos.
Como siempre ha ocurrido, el camino para los cambios necesita de la movilización social. Así lo ha reconocido el mismísimo Gobierno al reaccionar con inusitada rapidez. Ante la protesta organizada, han corrido a aumentar el techo de gasto de las CCAA y a elevar el SMI, consiguiendo además de eliminar este último aspecto de la negociación, resucitar el bipartidismo o la ilusión de que aún existe.
Será en el mes de febrero cuando se acaben de confeccionar unos nuevos Presupuestos Generales del Estado. Aún hay tiempo para conseguir que el Parlamento fuerce los cambios necesarios. Pero para ello es necesario que nos movilicemos, que llenemos las calles con un fuerte movimiento de protesta. El Gobierno y la Patronal ya han señalado su voluntad contraria a los cambios y al mejor papel de los sindicatos. En este momento hemos de recurrir al derecho de manifestación para decirles que es necesario recuperar los derechos que nos han arrebatado, que tanto costó disfrutar, y construir acuerdos que permitan salir de la crisis con justicia y solidaridad.